No hay una buena historia sin un buen principio

Las batallas y los sucesos que afectan a la humanidad se aprenden de los libros de historia. Las moralejas que son importantes para ser buenas personas y nunca elegir el camino fácil, se relatan en los cuentos, y algunas incluso en películas (Disney`s productions). Los grandes pensadores y científicos se hartan de escribir páginas y publicar libros, editar y re-editar y sobre re-editar lo re-re-re...editado. Y para grandes y buenos chistes tenemos el libro "El club de la comedia".

Y ahora me pregunto ¿dónde están las historias, que no son merecedoras quizás de un premio Nobel, que no son trascendentales para millones de personas, o que dan tanta pena que no son dignas de publicarse en un libro de chistes? ¿Y aquellos consejos de gente con estilo que no sean de barrios de la Jet Set, u opiniones de chicas que no sean capaces de hablar con los ojos abiertos a la vez que mascan chicle y redireccionan sus pechos?.

Respecto a este tema Papá Noel; bueno un hombre muy bonachón, del cual nada más verlo pensé que de su baúl portátil, de madera de última generación y múltiples departamentos ( maletín muy original para los amigos), iba a sacar la lista de los niños malos para ver quién iba a recibir este año carbón; me recordó lo que una chica, muy maja y excesivamente efusiva en ocasiones, que parecía sacada de un libro de autoayuda dijo:"vosotros valéis, no hagáis de menos vuestras ideas, porque si no os estáis infravalorando".

Considero que anécdotas y vivencias de personas, que quizás no sean las más brillantes o destacables te pueden sacar una sonrisa, enseñarte alguna lección, o hacer que te solidarices con la pobre chica a la que le pegaron un chicle en el pelo. Pueden hacerte ver que tu no hiciste tanto el ridículo yendo a clase con las zapatillas de casa, como el que fue con el pijama.

Porque creo que debe haber un sitio para contar nuestras pequeñas historias y plasmar nuestras humildes opiniones.

3 de octubre de 2011

Esto va de traumas infantiles (I PARTE de: Odio ir en autobus)

Como os prometí aquí está de nuevo una entrada de esas que os gustan, sí sí, esas de profunda indignación y delirios llenos de sarcasmo. Pero para hacerme de rogar un poco, en esta primera entrada, os contaré mi trauma particular con los autobuses, ya entenderéis por qué. (Así en confianza, es que era un poco de más de larga y la he tenido que dividir, con vosotros es que no puedo tener secretos, me ponéis ojitos y no os puedo mentir)

No sé si alguna vez os he contado que tengo una odio tremendo a los autobuses, ya no tanto a los urbanos, sino a los de corta, media, larga y mega larga distancia.

Todo se debe, y prometo no algarme mucho, a que cuando estaba en Primaria fuimos a una excursión de estas tan apasionantes que te sueltan por medio del campo/museo/ciudad que terminas perdiendo el día, y te dicen: "bueno chicos en dos horas aquí,y luego si eso a las dos horas y media empiezan a llegar los primeros. Exactamente la excusrsión fue al Bocal (presa con cacho de campo para juagar al escondite, con cafetería roñosa y un laberinto enorme de cesped mal cuidado, no mucho más apasionante de lo que parece)

Pues resulta que a la vuelta nos dejábamos un paquetito de nada, lo que viene siendo al Directo del colegio, que la verdad fue muy divertido ver como corría detrás del autobús, pero eso me hizo reflexionar: " si hoy nos dejamos al director, y si no viene corriendo por detrás y gritando, se tiene que pegar una caminata de esas que ni los peregrinos que van al camino de Santiago, ¿qué pasa si se me cae la maleta al suelo del maletero del autobús? porque las maletas por si solas ni corren ni gritan".

Desde entonces he sido fan incondicional de los trenes y cada vez que sé que me tengo que montar en autobús, casi que se me cambia hasta el color de la cara de blanco leche a amarillo limón pocho.

CONTINUARÁ...

By:

Crazy For Little Things

1 comentario:

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